sábado, 12 de mayo de 2012

bloque II: actividad adaptacion de un cuento

Cuento “Toda clase de pieles”

Había una vez, hace muchos años, un reino en un lejano país un rey y una reina que eran jóvenes y estaban enamorados.
Se acababan de casar y estaban deseando tener muchos hijos.
Cuando la reina se quedó embarazada, como ellos se querían tanto, les daba igual tener una niña o un niñote principio. Ellos querían que sus hijos fueran el reflejo de su amor.
A los 9 meses nació su primera hija, era una niña preciosa, tenía unos ojos muy grandes y despiertos. Los reyes estaban encantados con su primera hija.
La niña fue creciendo poco a poco, ella era muy feliz y se tiraba las horas enteras jugando por palacio, en los jardines, en el estanque, jugaba con el jardinero, le ayudaba a regar las flores, a recoger el huerto. Todos en palacio la querían mucho. Incluso en los bajos de palacio, construía sus propias cabañas con los muebles viejos o ropas que ya no usaban y las iban apilando allí, para jugar y crear sus aventuras.

Llegó el día de su cumpleaños, entre todos la prepararon una gran fiesta de cumpleaños. Cada uno de los miembros de palacio la hicieron un regalo. El cocinero la preparó la mejor tarta de cumpleaños, su amigo el jardinero la regaló un ramito de flores que alumbraban sus jardines, su madre la regaló un collar con tres amuletos, una medallita de la virgen, una rueca de hilar en pequeño (que era muy típico de la época), y un anillo de oro, su padre la regaló un abrigo de “Toda clase de pieles”, estaba hecho un de pedacito de cada piel de animal, por lo que el abrigo era enormemente grande y calentito, ya que en palacio en los meses de invierno hacia mucho frío y con ese gran abrigo estaría protegida siempre. Desde entonces, todo el mundo en palacio conocía a la pequeña con el nombre de toda clase de pieles porque siempre lo llevaba encima Ese día fue muy especial, ella estaba muy contenta porque había tenido muchos regalos y había soplado las velas de su tarta de cumpleaños hasta tres veces seguidas.


Un día, los reyes, la dieron la feliz noticia de que iba a tener un hermanito o hermanita con quien poder jugar. Sus padres estaban muy contentos porque ellos soñaban con tener muchos hijos, en cambio para ella había sido la peor noticia de su vida. A partir de ahora, tendría que compartir todos sus juguetes y sus rincones de juego favoritos, además ya no serían todos los regalos para ella como hasta ahora.
Estaba tan enfadada con sus padres que esa misma tarde decidió huir y esconderse en los bajos de palacio, donde tenía construida su cabaña secreta para jugar. Recogió sus juguetes más importantes, su abrigo nuevo de toda clase de pieles y el collar que su madre la había regalado. Toda clase de pieles no estaba dispuesta a compartir todos sus juguetes con otro niño, no podía hacerse a la idea de que sus padres ya no la hicieran caso.
En su cabaña se resguardó pensando que allí nunca la iban a encontrar, donde sería feliz para siempre sin tener que compartir sus cosas con nadie más.
Cuando llegó la hora de cenar, Toda clase de pieles no estaba por ningún lado de palacio y sus padres se empezaron a preocupar demasiado porque Toda clase de pieles no aparecía. Estuvieron toda la noche buscándola sin parar, tan preocupados que los reyes no podían dejar de llorar sin saber donde estaba su pequeña.

Toda clase de pieles se quedó dormida en su resguardo y a la mañana siguiente, su padre la descubrió y la despertó con un gran beso. Cuando la niña se despertó se quedó asombrada de que su padre estuviera allí, la había descubierto.

Su padre muy contento de encontrarla pero muy enfadado de lo que había hecho, la dijo que por qué se había escapado, que todos estaban muy preocupados por ella. Toda clase de pieles le explicó a su padre que ella no quería tener un hermano o hermana porque ellos la dejarían de querer y tendría que compartir todos sus juguetes. Su padre la miró y la dijo que eso jamás sucedería, ellos no la iban a dejar de querer porque todos los hijos que tuvieran iban a ser igual de importantes y los querrían a todos por igual. La dijo que nunca más volviera a escaparse porque eso no iba a ocurrir.
Toda clase de pieles decidió volver a subir a palacio a esperar a que naciera su hermano o hermana.

Al cabo de los años Toda clase de pieles y sus dos hermanas y tres hermanos habían sido muy felices viviendo todos juntos en palacio. Le pidió a su familia su regalo para la pedida. Quería un vestido tan dorado como el sol, otro vestido que sea tan plateado como la luna para la noche del baile.
Llegó el momento de casarse, iban a celebrar la fiesta de baile en palacio para encontrar príncipe. El único requisito que se pedía en la carta de invitación era que le consiguiera cada príncipe un vestido para el enlace tan brillante como las estrellas, y el que mejor le quedara con ese se casaría.
La noche del baile, vinieron a palacio una multitud de príncipes, todos esperaban para mostrarle su vestido.
Solo uno de ellos acertó y con ese se casó. Bailaron durante toda la noche.
Fueron muy felices para siempre y tuvieron muchos hijos.

1 comentario:

  1. Bueno... es un cuento muy chulo, pero has cambiado aspectos esenciales y por eso, más que una adaptación es una historia inspirada en la que yo os conté.
    Todas las pruebas que toda-clase-de-pieles tiene que realizar cuando abandona su hogar (y que muestran su evolución hacia la edad adulta) aquí no están. No hay maduración. Y los elementos simbólicos (vertidos, abrigo y colgantes) pierden el sentido que tienen en el cuento recogido por los hermanos Grimm.

    ResponderEliminar